El mundo laboral actual exige cada vez más de los trabajadores, lo que ha generado un aumento en problemas de salud mental. Dos términos que suelen confundirse son estrés laboral y burnout, pero es fundamental diferenciarlos, especialmente si estás considerando una demanda laboral. Aquí te explicamos sus diferencias y cómo demostrar sus efectos en un juicio.
En este artículo vamos a hablar de:
¿Qué es el Estrés Laboral?
El estrés laboral es una respuesta del organismo cuando las demandas del trabajo superan la capacidad de afrontamiento de la persona. Es un fenómeno común, que en muchos casos desaparece cuando cesa el factor estresante o se implementan las estrategias adecuadas.
Algunos de los síntomas son ansiedad, tensión constante, insomnio, fatiga, irritabilidad y problemas de concentración. Las causas pueden estar relacionadas con sobrecarga de trabajo, presión constante, malas relaciones laborales o inseguridad en el empleo.
¿Qué es el Burnout?
El burnout, o síndrome del quemado, es una forma crónica y extrema de estrés laboral. No es solo sentirse agotado tras una semana intensa, sino un estado prolongado de agotamiento físico y mental, pérdida de motivación y sensación de ineficacia laboral.
Quienes lo padecen experimentan cansancio extremo, desapego emocional, cinismo y una fuerte sensación de fracaso profesional. Es especialmente común en profesiones con alta carga emocional, como sanitarios, docentes o empleados del sector servicios.
A diferencia del estrés, el burnout no desaparece con el descanso. Requiere intervención profesional y, en muchos casos, puede justificar una baja laboral prolongada.
Diferencias Clave entre Estrés y Burnout
El estrés laboral y el burnout son dos conceptos diferenciados dentro de los riesgos psicosociales en el entorno de trabajo.
El estrés laboral es una reacción que puede surgir ante diferentes factores, como la presión en el trabajo, la sobrecarga de tareas o conflictos interpersonales. En muchos casos, el trabajador consigue gestionar el estrés con estrategias de afrontamiento o con cambios en sus condiciones laborales.
El burnout, en cambio, es un síndrome de desgaste profesional que se desarrolla con el tiempo y suele estar asociado a profesiones asistenciales donde el trabajador experimenta un elevado compromiso emocional. Implica agotamiento físico y mental, junto con una sensación de ineficacia profesional y despersonalización, lo que genera una pérdida progresiva de motivación y rendimiento.
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Implicaciones Legales en una Demanda Laboral
Tanto el estrés laboral como el burnout pueden ser motivo de una demanda si se prueba que han sido causados por condiciones laborales perjudiciales. Sin embargo, en términos legales, el burnout tiene más peso, ya que está reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un fenómeno ocupacional.
Para que una demanda tenga éxito, es fundamental demostrar el nexo causal entre el estrés o burnout y el entorno laboral, es decir que el origen o agravamiento de la psicopatología se encuentra en el lugar de trabajo a causa de las condiciones laborales.
¿Cómo Demostrar Burnout o Estrés Laboral en un Juicio?
El informe pericial psicológico es la herramienta clave en estos casos. Un perito en psicología forense evalúa el impacto del trabajo en la salud mental del trabajador y presenta un informe detallado que respalde la demanda. Este informe puede incluir pruebas fundamentales, como:
- Condiciones laborales: Documentación sobre sobrecarga de trabajo, presión excesiva, falta de pausas o turnos abusivos.
- Historial médico/psicológico: Análisis de informes médicos o psicológicos que puedan referir problemática de salud asociada al ámbito laboral.
- Testimonios de compañeros: Declaraciones de testigos que refuercen el impacto del entorno laboral en la salud del empleado.
- Evaluación y test psicológicos: Pruebas que respalden el diagnóstico de estrés laboral o burnout.
- Evaluar simulación: Descartar la posibilidad de simulación o exageración de síntomas mediante la evaluación pericial y la aplicación de pruebas objetivas.
Este informe pericial puede marcar la diferencia en un juicio, ya que aporta una evaluación objetiva y profesional que demuestra cómo las condiciones laborales han afectado la salud del trabajador.
Si el informe pericial psicológico es sólido y demuestra la relación entre el entorno laboral y el estado de salud del empleado, la empresa podría ser responsable y el trabajador tendría derecho a una indemnización por daños y perjuicios, reconocimiento de incapacidad temporal o, en algunos casos, la consideración de enfermedad profesional.
Conclusión
Diferenciar el estrés laboral del burnout no sólo es clave para la salud de los trabajadores, sino también en términos legales. Aunque ambos son una forma específica de estrés, el estrés laboral con un adecuado análisis del puesto de trabajo y de los riesgos psicosociales puede reconducirse de una manera más adecuada, mientras que el Burnout es un estrés laboral crónico que puede conllevar un mayor desgaste emocional y personal, con unas consecuencias más adversas para el trabajador tanto en su recuperación como en la judicialización del proceso.
En ambos casos, deben tenerse en cuenta las características de la empresa, así como variables personales en la evaluación de ambos tipos de estrés laboral asociados al trabajo. También será determinante poder evaluar la percepción que cada persona tiene sobre su puesto de trabajo, es decir, la interpretación que realiza el trabajador sobre la situación y los recursos de afrontamiento disponibles para hacer frente.
Si crees que tu salud mental se ha visto afectada por tu trabajo y que la empresa no ha tomado medidas para prevenirlo, un informe pericial psicológico puede ser clave para demostrar tu caso.
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