Justicia y discapacidad intelectual: Mitos y desafíos
Cuando una persona con discapacidad intelectual (DI) se enfrenta al sistema judicial, a menudo se enfrenta no solo a las complejidades legales, sino también a los prejuicios que comprometen la credibilidad de su testimonio. Aunque los derechos de las personas con discapacidad han avanzado, existen importantes obstáculos que continúan afectando su acceso a la justicia.
En este artículo vamos a hablar de:
Mitos comunes y dificultades en el sistema judicial
Uno de los mitos más extendidos en el sistema judicial es que las personas con discapacidad intelectual no son capaces de mentir, o que, debido a sus limitaciones cognitivas, son más propensas a decir la verdad. Esta idea se basa en la noción de que mentir es una tarea cognitivamente más compleja que decir la verdad, lo que exigiría más recursos mentales de los que dispondrían las personas con DI. Aunque esta percepción parece lógica, no siempre se corresponde con la realidad, ya que las personas con DI pueden contar versiones distorsionadas o incompletas de los hechos debido a factores como la sugestión o la falta de comprensión plena del contexto.
Por otro lado, existe también el mito contrario: que las personas con discapacidad intelectual son inherentemente menos confiables como testigos debido a su supuesta incapacidad para recordar los eventos de manera precisa o para ofrecer un testimonio coherente. Esto puede llevar a que se desestimen sus testimonios, incluso cuando son víctimas de delitos graves.
Dificultades en la evaluación de la credibilidad
El artículo revisado menciona estudios que muestran cómo la evaluación de la credibilidad de las personas con DI puede ser un proceso extremadamente complicado. Se ha demostrado que las técnicas tradicionales de evaluación, como el análisis de contenido basado en criterios (CBCA) y el monitoreo de la realidad (RM), no siempre son eficaces para discriminar entre declaraciones verdaderas y falsas en personas con discapacidad intelectual. Por ejemplo, las personas con DI suelen tener dificultades para proporcionar relatos detallados y ricos en contexto, lo que puede afectar negativamente la percepción de su credibilidad por parte de jueces y jurados.
Un estudio destacó que la falta de capacitación específica sobre la discapacidad intelectual entre los evaluadores, incluidos jueces y policías, agrava este problema. A menudo, la experiencia previa en evaluación de testimonios no mejora significativamente la capacidad para discriminar entre declaraciones verdaderas y falsas emitidas por personas con DI.
¿A quién se le cree más: a un niño o a una persona con DI?
El dilema planteado en el sistema judicial sobre si creer más a un niño que a una persona con discapacidad intelectual subraya el impacto de los estereotipos en la valoración de los testimonios. Aunque los niños también enfrentan escepticismo en sus declaraciones, las personas con DI pueden estar aún más estigmatizadas. Se tiende a creer que los niños, a pesar de su falta de madurez, pueden ser más confiables porque son «inocentes» o «incapaces de mentir», mientras que las personas con DI son vistas a veces como menos capaces de proporcionar un relato preciso debido a sus déficits cognitivos.
Alternativas y recomendaciones
Para abordar estos desafíos, se han propuesto alternativas como el método holístico de evaluación de la prueba testifical (HELPT), que tiene en cuenta las capacidades de la víctima y adapta los procedimientos judiciales a sus necesidades. Esta metodología busca minimizar la interferencia en los testimonios y evaluar la credibilidad de manera más precisa y justa.
En resumen, los mitos y las dificultades en la evaluación de la credibilidad de las personas con discapacidad intelectual subrayan la necesidad urgente de un enfoque más comprensivo y adaptado en el sistema judicial. Es esencial que los profesionales involucrados reciban capacitación específica para evitar errores en la valoración de los testimonios y garantizar un acceso equitativo a la justicia para todos.